La Colonia Suiza tiene el terreno ondulado y arbolado en gran parte por los colonos suizos.
Un grupo de pioneros oriundos de Chatel Saint Denis, Cantón de Friburgo se embarcó por su cuenta en el velero "Le Progres" e influenciados por algunas personas de ideas progresistas como Martín de Gainza, el educador alemán Germán Frers y el médico Lino Piñeiro, llegaron a Baradero.
Así fue como el 4 de Febrero de 1856, se fundó la colonia, en ese sitio denominado primeramente "Rincón de Arrecifes" , sobre la costa del río, constituída por familias suizas y una tercera parte por criollos, italianos, franceses y alemanes. Los primeros colonos eran familias de apellidos tales como Jeanmaire, Genoud, Cardinaux, Liaudat, Chollet, de los que aún se encuentran descendientes.
Fue una colonia próspera y pujante. Se dedicaban a la cria de ganado y cultivaban maíz, papas, alfalfa, lino, viña y legumbres. Fabricaban quesos tipo parmesano y había montes frutales. La tierra era fértil y más aún por las proximidades de los ríos y bañados. Los terrenos tenían cercos naturales de cina-cina, ñapinday, rama negra. Había frábricas de licores y cervezas y también muchos molinos de viento e hidráulicos para la molienda del trigo. Los colonos católicos asistían a la iglesia del pueblo y los protestantes a la capilla en la campiña a cargo de un pastor. El puerto de Baradero era muy activo, a veces había de 80 a 100 buques de cabotaje que transportaban los productos de la Colonia Suiza a Buenos Aires.
Presente de la Colonia Suiza
En la actualidad la mayoría de las construcciones están en manos de nuevos propietarios que han invertido en este lugar buscando un espacio para el descanso, destinándolo principalmente a quintas de fin de semana. Estas construcciones son más modernas y han sido acondicionadas con todos los adelantos tecnológicos que ofrece el mundo moderno.
Un lugar para disfrutar del paisaje y la música de la naturaleza. Es una típica casa colonial ubicada en una comarca de 15 km2 llamada Colonia Suiza. A tan solo 142 km de Capital Federal y a 150 km de Rosario se puede disfrutar del silencio, la tranquilidad y la rusticidad del campo.